Historia del Barco fantasma Mary Celeste

Érase una vez…

Desde hace mucho tiempo en la mente de los marineros y amantes del mar y sus hermosas olas ha vivido leyendas y mitos de barcos fantasmas. Desde piratas a tripulaciones malditas, que se cuenta que han sido vistos en alta mar , pero es esto ¿cierto?


Mary Celeste es el nombre de un bergantín botado en Nueva Escocia en 1861. Es considerado un buque fantasma, ya que fue encontrado en pleno Océano Atlántico, navegando a toda vela y sin tripulación, rumbo a Gibraltar.

La historia cuenta que de noviembre de 1872, la tripulación del Mary Celeste, una embarcación mercante con una gran carga de alcohol, partieron del puerto de Nueva York hacia Génova, Italia. El Capitán Benjamin Briggs A bordo y siete tripulantes seleccionados por Briggs junto con su esposa e hija.

No obstante, nunca llegaron a su destino. Después de partir, se sabe que el Mary Celeste luchó a través de mal tiempo, de mares traicioneros y fuertes vientos durante las dos semanas siguientes. Luego, el 25 de noviembre, el capitán llevó a cabo la que sería la última entrada en el registro. En ese momento, nada estaba mal en el navío.


Así nació uno de los misterios más duraderos en la historia náutica: ¿qué pasó con las diez personas que habían navegado a bordo del Mary Celeste?

A lo largo del tiempo, la falta de hechos reales solo ha estimulado la especulación sobre lo que podría haber sucedido. Las teorías, como ahora veremos, han abarcado desde un motín hasta monstruos marinos.

El New York Times, en su ejemplar del 9 de febrero de 1913, mencionó la posibilidad de que una filtración de alcohol a través de unos barriles fue la fuente de gases que pudieron haber provocado la amenaza de una inminente explosión en la bodega del Mary Celeste.

Menos de un mes después de la partida del Mary Celeste, el 5 de diciembre, el barco británico Dei Gratia se encontraba a unas 400 millas al este de las Azores cuando los miembros de la tripulación divisaron un barco a la deriva. El capitán David Morehouse se sorprendió al descubrir que la nave no guiada era el Mary Celeste, que había partido ocho días antes y que ya debería haber llegado a Génova.

Morehouse cambió de rumbo para ofrecer ayuda.

El capitán envió una partida de abordaje al barco. Cuando llegaron, debajo de las cubiertas las cartas del barco parecían haberse arrojado por los aires, y las pertenencias de la tripulación todavía estaban en sus habitaciones. El único bote salvavidas del barco había desaparecido, y una de sus dos bombas se había desmontado.

En el interior había varios centímetros de agua chapoteando en la sentina, el punto más bajo de la nave que se encuentra debajo de la línea de flotación, aunque la carga de 1.701 barriles de alcohol industrial seguía prácticamente intacta. Había un suministro de unos seis meses de comida y agua, pero ni un alma para consumirlo.